En cada pequeños detalle.

En cada pequeños detalle.
Soñadora.

lunes, 20 de mayo de 2013

No dejes que se muera ese amor.

Cada día, la vida me sorprende más. Vivimos el día a día sin darnos cuenta de los detalles y sin darle valor a las pequeñas cosas como el amor, la amistad, las relaciones e incluso las personas. Empieza a crearse una rutina diaria. Rutina a la que nos acostumbramos. Nuestra vida se vuelve monocromática, silenciosa, monótona y vacía, pues dejamos de luchar por lo que vale la pena luchar, por los demás e incluso por nosotros mismos y nuestra superación personal. Cuando el tiempo se para, nos damos cuenta de lo mucho que ha cambiado todo e intentamos que todo vuelva a la "normalidad", a los tiempos felices. A aquel tiempo en el que una mirada suya paraba el tiempo, y una sonrisa apartaba cualquier sentimiento de dolor o impotencia que tuviese. Es ahí donde nos damos cuenta de que todo ha cambiado, de que debemos hacer que esas sonrisas vuelvan y por tanto, fortalecer todo aquello que un día amamos sin medida. Así que deja de lado tu orgullo y sigue cuidando todo aquello que es (o un día fue) tuyo. 

Llámala. Sean las 3, las 4 o las 6 de la mañana, aunque no tengas nada importante que decirle, llámala y dile que simplemente querías oír su voz recién levantada. Gritale que la quieres sin ninguna razón ni recompensa, coje su mano, apriétala como si fuera la ultima vez y siéntela a tu lado. Sorprendela. Haz de cada momento una aventura, de cada mirada un sueño y de cada sonrisa un mundo nuevo. Bésala. Muérdele el labio con ternura, acerca tus labios a los suyos y simplemente dile que esta preciosa. Hazle cosquillas, tócale la barriga aunque te diga que no lo hagas, cógela de la cintura, del cuello, del brazo - cógela -. Mírala fijamente a los ojos, admiralos, su reflejo, lo que trasmiten. Quiérela con locura. Sin mesura, sin medida, sin control. Que nadie entienda nada, que nadie entienda el "porqué", que nadie comparta vuestra historia. 

Rompe con la rutina, no dejes que se muera ese amor.